UN MES DE CUARENTENA, MIEDO A LA LIBERTAD.

Estos días se cumple un mes desde que se decretó el estado de alarma.
Estoy teniendo mi propio proceso de duelo de mis pérdidas profesionales y personales.
Cuento con el privilegio de tener un techo y los medios suficientes para mantenerme. Y el virus no me está tocando muy de cerca y amigos afectados se van recuperando.
Desde hace un par de días recuperé una rabia repentina que me surgió en los primeros días de confinamiento.
Sé que lo que voy a decir, no es políticamente correcto. Y que vivimos días de pensamiento único y de una cierta anestesia social.
¿QUÉ PASA CON LA LIBERTAD?
Todo surgió un día que fui a una zona relativamente alejada de mi casa, la sensación era la de ser una «delincuente».
Salí de casa y no sentía que hacía nada mal, ya que mi tarea era una de las permitidas.
Me empecé a sentir intranquila y caminaba esquivando a los frecuentes coches y agentes del «ORDEN».
En un momento me pregunté , si entre las prohibiciones estaba también la de sacar fotos.

Había muy poca gente por la calle.
Mujeres vestidas como «astronautas» limpiaban los autobuses.
Decenas de policías a moto, coche y a pie, interrogando a peatones y ciclistas.
A la vuelta a casa un coche de policía emitía música y estaba parado en mitad de una avenida, al pasar a su lado vi la palabra «ZORIONAK» en un cartel luminoso y una música de felicitación a todo trapo.
Y de repente toda esta escena se me atragantó.
No quiero cuestionar las decisiones tomadas a nivel político para atajar los efectos fatales del virus, ni criticar la labor de sanitarios ni agentes del «orden».
Lo que sí creo que es importante es ver de dónde viene mi malestar.
Y es que me he dado cuenta, como fruto del miedo a diferenciarme de los demás, a ser discordante, a parecer insolidaria y desagradecida, he apagado mi mente reflexiva.
Y he delegado mi vida, opinión y acción en personas ajenas.
Me he quedado en casa sin cuestionar absolutamente nada.
Me he convertido en una ciudadana obediente a cualquier consigna.
Y en estos escenarios apocalípticos van surgiendo las nuevas creencias «buenistas» universales, y los nuevos «linchamientos» basados en el «nuevo supuesto bien común».
Saliendo la policía vengativa y moralista que habita en cada un@ de nosotr@s.
Buenistas que ahora salen a rastrear a los «nuevos malos ciudadanos», gritando desde las ventanas, convirtiéndose en guardianes morales, en «chivatos».
Cuántas conversaciones en las redes sociales donde se despotrica contra los que salen «todos los días» a comprar el pan, a los que se les ataca con una mezcla de desaprobación y envidia.
Personas que no se cortan en hacer comentarios negativos a madres por llevar a sus bebés al supermercado.
https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/recibido-comentarios-negativos-20200401191010-nt.html
Algunos padres han puesto a sus hijos pañuelos azules. Para que no les griten a sus hijos autistas.
Y sí yo también decido que #YoMeQuedoEnCasa» .
Pero no me mandeis Hashtags de «#QuedateEnCasa, #boicotaholanda, o #viajasoloporespaña.
Porque tenemos una historia bastante reciente que nos recuerda LOS TRÁGICOS EFECTOS DE QUE «GENTE BIEN-PENSANTE Y DE VALORES MORALES ELEVADOS» considere que los ciudadanos no podemos decidir y actuar por nosotros mismos.
Y NO, NO HABLO DE POLÍTICOS.
PORQUE ELL@S Y NOSOTR@S SOMOS LO MISMO.
NO HAY NADA QUE HAGAN QUE NO SE REPLIQUE EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, EN LOS SUPUESTOS EXPERTOS, EN LA GENTE EN MI ALREDEDOR Y EN MÍ MISMA. ESPEJOS INFINITOS EN LOS QUE NOS VEMOS TOD@S REFLEJAD@S.
ASÍ NO ME QUIERO ÓRDENES.
Ni himnos ni banderas a media asta.
NO estamos en guerra. Y No estoy en ningún ejército.
LOS NIÑOS NO SON «POTENTES VECTORES DE TRANSMISIÓN» son personas.
L@s SANITARI@S, son gente que ama su profesión en la mayoría de los casos. Llamándoles héroes les cargamos de PRESIÓN Y MISTICISMO.
Porque a los héroes se les exige dar su vida por la causa, y en el enaltecimiento de las personas está el derribo posterior cuando no hagan lo que la masa ensalzadora esperamos.
ES UNA FALSEDAD de aquí no nos sabemos controlar, o que en nuestros países mediterráneos NO SABEMOS MANTENER LA DISTANCIA SOCIAL.
A ver si es que hay ser «SUECA O SUIZA PARA ENTENDER LOS MENSAJES».
O para entender LA NECESIDAD DE PROTEGERME Y PROTEGER A LOS DEMÁS.
NO QUIERO CENSURA EN LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, Ni leyes mordaza para manejar la información o lo que ven nuestros ojos. Entiendo que hay leyes que nos protegen de las noticias falsas y desde ahí hay que tratarlo.
Y sabiendo que sólo se pueden deshacer los bulos desde el pensamiento crítico.
ASÍ QUE NO FELICITEMOS A LOS NIÑOS POR «SU BUEN COMPORTAMIENTO«.
Mientras están en su casa oyendo que son un peligro para sus abuelos. Y no entendiendo por qué los adultos no lo somos.
Ni les digamos QUE CUANDO SEA POSIBLE, «SALDRÁN DE FORMA ORDENADA.
¿Eso quiere decir en filas o de dos en dos de la mano?.
DEJEMOS DE MANEJAR LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS SIN TENERLOS A ELLOS EN CUENTA. Sin preguntarles que necesitan o qué les gustaría.
Con clases online a las 8 de la mañana y decenas de deberes destinados a llenar horas y espacio. SIN UN OBJETIVO, NI PLAN CLARO DE LO QUE QUEREMOS QUE APRENDAN. Sin tener en cuenta las circunstancias.
Siendo la única preocupación educativa, el seguir COMPARÁNDOLOS- EVALUÁNDOLOS.
Para seguir sumando miembros a la masa de ciudadanos obedientes, con conocimientos estandarizados, pero sin pensamiento cuestionante.
HOY ME TOCA ENFADO, Y MI ENFADO ME CUENTA COSAS.
Y ESTAS SON COSAS QUE NO TRAGO. Enfado que creo que me ha provocado hasta una hernia de hiato.
PORQUE, O VIVIMOS EN EL AMOR O EN EL MIEDO.
Y TODO LO QUE NOS AMENAZA SÓLO SE PODRÁ ENFRENTAR DESDE LA RESPONSABILIDAD.
NO DESDE LA CULPA Y EL CASTIGO.
LA VIDA SÓLO PUEDE SER VIVIDA LIBRE DESDE EL CUESTIONAR MIS DECISIONES, quitando mis automatizaciones.
Y DECIDIR en lo que pueda, en lo que sea consciente.
AUN A RIESGO DE EQUIVOCARME.

Y NO QUIERO «CARCELEROS»
QUE ME FELICITEN EN MI CUMPLEAÑOS.