IRÁN, KHALID NABI, GOLESTÁN

EL IRÁN MÁS DESCONOCIDO, KHALID NABI,       GOLESTÁN.

La provincia de Golestan se encuentra en el noroeste de Irán, justo debajo de Turkmenistán, al llegar me encontré con selvas, cascadas,  desiertos, que me hacían están continuamente vizqueando.

Sus gentes son de etnias más cercanas a las de sus vecinos Turkmenos que a los  Iraníes.  Los vestidos de las mujeres son de colores brillantes, los pañuelos  más coloridos y las telas están más pegadas al cuerpo.

Sus rasgos son más característicos del Asia Central, las mujeres tienen caras de niñas. Se reían con una risa desbordante cuando bromeaba con ellas sobre ello.

Su hospitalidad y cercanía como siempre por estos sitios, apabullante. 

Me alojé con una maravillosa familia en Turkmen Yurt.   https://www.tripadvisor.es/Hotel_Review-g15688609-d15688620-Reviews-Turkmen_Yurt-Tamer_e_Qarah_Quzi_Golestan_Province.html    .

Construcciones tradicionales muy cómodas, alrededor de una Yurta central, donde cenábamos, tomábamos te y fumábamos Shisha a la luz de una inmensa fogata.

La familia Ashoori me hizo sentir parte de su comunidad desde el primer minuto  y fueron muy cuidadosos en todos los detalles. 

Cada día me iban sorprendiendo con nuevos platos, una cocina con mucha base láctea, verduras y carne de cordero,  que tuve que ir aprendiendo a disfrutar.

También me ofrecieron montar a caballo , pero una caída reciente de un precioso caballo árabe en el Kurdistán,  me dejó con las ganas de volver a probar mis habilidades equinas.

El camino desde Tamer hasta Khalid Nabi, aunque era de 25 kilómetros escasos, se convirtió en más de dos horas. 

Ya que no podía dejar de parar en cada esquina, sacando fotos y pegando algún que otro salto.

Fui en taxi y en el viaje de vuelta, aprovechando el despoblamiento de sus carreteras aproveché a conducir el coche.

Ahí descubrí que llevaba más de 400 kilómetros viajando en un taxi al que le faltaba la segunda marcha . Taxi que arrancábamos siempre dándole unos golpes al motor mientras dábamos a la llave. 

Esto me recordaba a aquellos viajes eternos de mi infancia en las que en ocasiones había que arrancar empujando el coche.  

Cosas que pasan en Irán, eso sí los compañeros de viaje nunca dejan de sorprenderte.

Peluche comprado para su sobrino por el conductor del taxi, el osito viajero.

Las vacas se subían por las paredes, nunca mejor dicho, mientras rastreaban las hierbas del final del invierno. 

Una vez en el destino te das de las contradicciones humanas que nos acompañan. 

En este territorio existe un curioso cementerio con lápidas de lo más curiosas. Por un lado tenemos un país en la que todos estos temas son claramente Tabú, «Haram» y toda alusión o representación sexual no está permitida.

El cementerio a causa de ello ha sufrido vandalismo, ataques y falta de promoción turística. Aunque parece que hay un nuevo intento de protegerlo. 

La parte del Mausoleo está abierto, el recinto de las tumbas tiene un supuesto control , que en mi caso fue el pedir las llaves a algunos de los que estaban por allí. Posteriormente fui atravesando con un gran manojo de llaves, las puertas que me iba encontrando a mi paso.

Un método muy de andar por casa basado en la pura confianza.

Supuesta cabina de control a la entrada del cementerio.

Era un día soleado y precioso de fin de semana y casi no me encontré con nadie más en mi visita.

Por un lado está  el mausoleo del profeta precristiano Khalid Nabi, motivo por el que es un punto de peregrinación.

La mayoría de las visitas son de familias, las mujeres dejan como ofrenda en el lugar lazos atados a árboles o pequeñas ramas entrelazadas, formando extrañas figuras,  por lo que me explicaron, pedían fertilidad y otros deseos.

La visión era sublime, se adivinaba algo de vegetación que insinuaba cómo en primavera aquello se cubriría de un suave manto verde.

Las lápidas de los varones eran representadas con falos de gran realismo y las de las mujeres representaban los órganos sexuales en una metáfora mucho más simbólica.

Aquí que cada uno y una se haga su composición de lugar del órgano femenino.
Desafiando la gravedad.

Por el recinto se ven todo tipo de tamaños , teniendo algunas figuras una antigüedad de más de 400 años.

Según el historiador Hesar Nuee, el simbolismo fálico de estas lápidas, podría tener su origen en las religiones de la India y Asia Central. 

Otras teorías dicen que incluso no señalan tumbas ya que no se han encontrado restos óseos debajo de algunas de ellas.

La verdad es que me recordó más a las figuras de los templos Hindúes, que cualquier arte que hubiera visto antes en Irán, muy poco dado a las representaciones humanas.

Algunos parecían extraños relojes de sol, los cuales daban unas horas de lo más extrañas y precisas.

Había varios grupos diferenciados los cuales no sabía si hacían referencia a diferentes épocas o grupos familiares.

La ruta con calor es agotadora ya que las colinas son con fuertes subidas y bajadas, aunque el paisaje compensa cualquier esfuerzo. 

Constantemente tienes que parar para disfrutar de la vista con los ojos guiñados. 

El paisaje parecía una inmensa tarta de chantilly, y no dejaba de pensar lo precioso que sería en primavera con sus montañas floridas. 

Esta necrópolis emanaba un silencio y tranquilidad apaciguante.

De vez en cuando tenía alguna conversación y risas tranquilas con las familias que lo visitaban. Familias más tímidas que en otras zonas del país.

Y entre tumbas y mausoleos fui sintiendo la levedad de nuestra existencia, de como desaparecerán nuestras verdades, alegrías, creencias, conflictos, sueños y juicios.

Y que desde luego el que eligió este lugar para asentar este lugar sagrado, seguramente «sabía bien lo que se hacía».

Eva Luna Viajera.